domingo, 28 de julio de 2013

El Indio Solari, la confianza, y el #votojoven

Rubén Weinsteiner

La confianza es el capital simbólico más importante que puede y debe construir una marca política o corporativa.

Por Rubén Weinsteiner para ADN

La marca política de un candidato o la marca corporativa de una empresa, debe estar pensada y orientada a guiar, direccionar y trackear hacia las zonas tributarias de su propuesta, a las corrientes de opiniones que juegan en el mercado.
La marca debe adecuarse al mainstream y no al revés, para luego poder modificarla, y debe tener un abordaje quirúrgico y diferenciado, para las distintas vertientes de pensamiento que despegan de las corrientes centrales. El principal denominador común, y súper objetivo imprescindible en todos estos abordajes diferenciados, es la construcción de percepción de confianza en la mente las personas.

Para esta batalla las marcas políticas y corporativas, necesitan acumular todos sus estadios previos : los signos, los discursos, los sistemas de memoria, convertirse en objeto de seducción, en fetiche, en sujeto de confianza, y sobre todo, en espejos idealizados en los que los individuos ven proyectada la fantasía y en algunos casos el deseo de su propia imagen.

La elección por parte del segmento 16-34 (34% del electorado)  de una marca política o corporativa es una proyección del yo a través de una decisión. No hay que fijarse en los candidatos, sino en las personas y sus conductas para poder pensar la percepción que deseamos lograr.
No se trata de una batalla entre candidatos, se trata de una batalla entre percepciones. La gente no elije a un candidato por sus condiciones, sino por las percepciones que genera el candidato en la cabeza de la gente.

La principal función de la marca política, según mi experiencia, es generar confianza. Las crisis económicas se dan por falta de confianza y los diferentes tipos de relaciones se destruyen por la misma razón.
Ningún banco soportaría que todos sus clientes se presenten en ventanilla a retirar sus depósitos, simplemente no tendría los fondos para pagar. La plata no está, y no se puede construir, lo que sí se puede generar es confianza, por eso un Banco ante todo debe vender confianza, su marca debe generar seguridad. De esa manera la gente está tranquila y no saca la plata del banco y así éste puede cumplir con los que quieren sacar el dinero, y seguir desarrollándose como empresa.
Si se produce una corrida porque la gente perdió la confianza, se cae el banco, cualquier banco; ningún banco el mundo, por más fuerte que sea, puede soportar una corrida.

La confianza no se apoya en algo tangible y concreto, la plata del banco no está, está prestada y apalancada en miles de operaciones. Lo que está es la percepción de confianza en la cabeza de la gente. Por eso la marca de un candidato o de una empresa no necesita mostrar la billetera, lo que necesita es construir esa percepción en la cabeza de la gente.

La confianza es el capital simbólico más importante que puede y debe construir una marca política o corporativa, y se construye a través de pequeños pasos constructores de confianza, uno sobre el otro como los pisos de un edificio que van consolidando la construcción de la percepción.

Esta batalla que se da en las mentes de las personas, se vuelve cada vez más competitiva, y está dirigida por estrategas que tienen grados de cognitividad diferentes a los sub 30, sector que ha dado un salto cognitivo impresionante en los últimos 15 años.
El 34% de la población económicamente activa tiene menos de 35 años, construir confianza en este sector es una tarea compleja. Es lo que llamamos #votojoven, un segmento que ha desarrollado mecanismos cognitivos, de valoración y validación y códigos de pertenencia y pertinencia propios y disruptivos.
Es probable que no sepan cual es la capital de Portugal, ni quien fue Arturo Frondizi, pero hacen 5 cosas a la vez, piensan muy rápido y leen tramas discursivas muy complejas; se aburrirían mucho viendo las series televisivas de los setenta, donde los buenos son siempre y totalmente buenos, y además inteligentes, y los malos lo son full time y sin fisuras.
En Lost, Los Soprano y las series de más acá, las cosas son más complejas, se cuestionan tabúes, los buenos tienen dobleces y miserias, los finales no son lineales, los malos son personas y todos tienen momentos brillantes y tontos, que explican mucho de la multidimensionalidad de los relatos.

Los sub 30  aprenden por funcionalidad, es decir priorizando aquello que necesitan. El “Word” no tiene manual, los integrantes de  la gneración google van aprendiendo a medida que se le van presentando problemas, pero en ese caso su aprendizaje e internalización resulta muy eficaz.
A los Google el discurso de los de 50 les resulta ajeno emocionalmente, lento conceptualmente y aburrido discursivamente, pero la zona donde la brecha mas se profundiza, es en la credibilidad, los jóvenes no le creen a los viejos. Esa linealidad de las series de los setenta y ochenta donde todo está demasiado claro, lo bueno, lo malo, lo que está bien y lo que está mal, no resulta creíble en los Google, esa unidimensionalidad bajada al discurso resulta inverosímil, “careta”, y sus emisores “truchos y gatos”.

El Indio Solari posee una marca interesante como objeto de estudio en este tema. Ha construido confianza y lo ha hecho de una manera congruente y sólida. Es poco lo que se conoce de la vida privada del Indio, más que lo que él ha decidido abrir, pero lo que ha generado en la cabeza de los cientos de miles de seguidores, es muy fuerte y ha resistido diferentes embates comunicacionales con éxito, lo cual no es fácil. Podemos aprender y mucho de la gestión de las crisis de confianza en la “Marca Indio Solari”.

Desde la emergencia, la organización del debate para los Google se da en torno al clivaje “gato”-autentico. Los otros son la impostura, los que dicen una cosa pero son otra, contra eso, se plantea un modelo normativo de autenticidad, sencillez y transparencia.

No ser “careta”, no ser “gato”, no ser “trucho”, ser o en realidad parecer verdadero, transparente. El marco de referencia esta afuera pero dentro del círculo tribal, esa figura referencial emerge por un cualidad específica, ser el líder de la banda que más le gusta, pero además validar su autoridad con un discurso que se retrolegitime con los valores de la tribu de autenticidad y los proyecte hacia afuera.
La marca del Indio Solari, dispara significados de autenticidad hacia la cabeza del #votojoven.

Las presentaciones del Indio no se promocionan por TV ni por radio, solo boca a boca y por la Web 2.0, y van 80, 90, 100 mil personas y más. Hace falta construir mucha credibilidad y confianza para lograr semejante convocatoria sin apoyarse en los medios masivos y tradicionales, para lograr la viralidad necesaria, es decir, que cada quiera ser emisor y amplificador, y por otra parte la fidelidad y compromiso que implican la concurrencia física a las presentaciones.


La confianza es como un balde de agua en un patio, una vez que se tira el agua del balde al piso, no se puede volver a juntar y ponerla de vuelta en el balde. En la gestión comunicacional de la confianza, es vital que el balde no se caiga ni se vuelque, por más que lo muevan, sacudan e intenten tirarlo. Hay que mantener un arco de oscilación del balde del cual no salirse.

Al Indio Solari a través de los años, lo han atacado por derecha y por izquierda, el establishment y los outsiders, la iglesia y los medios. Le pegaron y lograron impactar, el balde se movió, pero no pudieron volcarlo, no pudieron modificar la percepción en las cabezas de la generación Google, básicamente por dos motivos:

a) El Indio Solari por acción o por omisión, basó la construcción de su marca en la percepción de confianza y credibilidad, dando pequeños pasos constructores de esa percepción de confianza, y luego gestionando la misma, obteniendo una malla de seguridad que resultó muy difícil de vulnerar.

b) Los que lo atacaron, articularon un discurso que hubiera sido eficaz para hablarle a gente de 50 o 60 años, no a gente de 22.

El balde puede moverse pero no volcarse, porque de eso no hay retorno, no hay que tenerle miedo a las oscilaciones o a que se caigan algunas gotas, eso es inevitable. En la gestión de una crisis y en cualquier gestión de daño, la clave es mantener la verticalidad del balde de la confianza.

Rubén Weinsteiner

viernes, 26 de julio de 2013

Mapa de la informalidad laboral


https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiSjdDAFO0dfMAn6WIFGsynpeP1CVEuJBwiwH-HV17QgF3JBgo0EotyY3cExvvS-JG-igZVNM1ansZt7fNQoU5GlVuzGezjU5KJQZ9TBmbZE-dX0FpjeTBoz8W5Zh9g_0B5fctXpIaiBCG/s1600/Trabajo+no+registrado+seg%C3%BAn+regi%C3%B3n.png

La persistencia del trabajo informal, producto central de brutal proceso de desindustrialización impreso al país por el neoliberalismo a partir de la última dictadura y hasta su crisis en 2001, - cuando el neoliberalismo inició su saga a mediados de los años 70, el trabajo informal era del 15% - es sin duda una de las problemáticas a resolver en el póximo perído de gobierno bajo el modelo inaugurado en el año 2003. 
El despliegue geográfico de la carencia manifiesta singulares asimetrías que es necesario reconocer para tener una idea más acabada del impacto de la problemática de informalidad que se potencia en las regiones socioeconómicamente más postergadas.
El periodista Jorge Duarte (@ludistas en Twitter), especialista en temas gremiales, analiza en números la informalidad laboral en la Argentina región por región.


Con la baja de la desocupación en la última década, la informalidad laboral se convirtió en el principal disciplinador de los trabajadores argentinos. Carencia de derechos, salarios más bajos, quiebre de los lazos de solidaridad y mayor vulnerabilidad son algunas de las caras del fenómeno.

Tras una década de postconvertibilidad la informalidad laboral se consolidó como el principal problema de los trabajadores argentinos ocupando el lugar que tuvo la desocupación en los 90´s. Los números marcan que el fenómeno se extiende en todo el país y cruza transversalmente el mercado laboral argentino. Concretamente el 2012 cerró con el 34,6% de los asalariados en esta situación, tomando datos de INDEC. Los valores varían de acuerdo a las distintas regiones, pero en ningún caso bajan del 21%.

Los valores más importantes de trabajo no registrado se encuentran en el Norte del País, donde alcanzan el 43,6% en NOA y el 38% en el NEA. Por su parte, la Región Patagónica muestra el comportamiento opuesto presentando los valores más bajos del fenómeno que, sin embargo, todavía asciende al 21,4%. También es importante mencionar que en el Gran Buenos Aires encontramos un 35,1% de trabajo no registrado que supera la media del país y, además, se coloca por encima de las medias de Cuyo, de la región Pampeana y de la región Patagónica.

Ser un trabajador no registrado significa no contar con los derechos laborales establecidos por las leyes vigentes, pero también significa no tener beneficios sociales, percibir salarios más bajos que el promedio de la actividad que se realiza, encontrarse en una situación de mayor vulnerabilidad en lo referente a la conservación del empleo, no tener las condiciones ni los seguros necesarios para ejercer la actividad y no poseer protección para poder organizarse y buscar mejoras en salarios y en condiciones de empleo. La informalidad es un poliedro de muchas caras que, en simultáneo, vulneran los derechos básicos de los trabajadores que lo sufren y sus familias.

Cabe destacar que hasta 2008, en el primer período de la postconvertibilidad, hubo una fuerte caída de la informalidad laboral. Sin embargo, ese proceso se estancó y desde entonces a la fecha con variaciones de (+/-) 2 puntos siempre rondó el 35%. Esta cifra, entonces, parece representar el límite impuesto al proceso de incorporación al trabajo formal y marca condiciones de explotación sumamente favorables a la rentabilidad empresaria.

Es importante remarcar la necesidad y urgencia de generar políticas públicas activas impulsadas desde el Ministerio de Trabajo que es el encargado de ejercer el rol de policía laboral para combatir este fenómeno. Tras una década en la que la creación de empleo fue muy importante, avanzar sobre las condiciones en las que se trabaja debe ser prioridad para poder garantizar la inclusión de los empleados.

lunes, 22 de julio de 2013

Voto joven: nuevos paradigmas, nuevos escenarios

¨Por Rubén Weinsteiner para ADN 


Con el voto a los 16 años se incorporan 1,2 millones de nuevos votantes al padrón nacional. En el nuevo escenario el 36% de los votantes tiene menos de 30 años, lo que llamamos voto joven.
Obteniendo una victoria del 50% en este segmento se obtendrían 18 puntos en el total nacional, lo que junto a un despliegue moderado en el resto de los segmentos se construiría una ventaja indescontable en cualquier escenario.

En las elecciones de 2008, Obama derrotó a Mc Cain 52,9 % a 45,7, la diferencia que le permitió compensar derrotas en segmentos importantes y construir esos 7 puntos fue el 68% de apoyo entre los menores de 30 años.
En las elecciones de 2012 volvió a conseguir una importante ventaja en ese segmento frente a Mitt Romney, quedandosé con el 60% de los votos sub 30, y también ahí construyó la diferencia que le permitió consolidar su victoria .
Tanto es así que Obama alcanzó los diferenciales mayores en el segmento joven y de esa manera consiguió la victoria en cuatro de los estados clave por la cantidad de electores para el colegio electoral que asignan, sin los que no hubiera alcanzado la presidencia: Florida, Ohio, Pennsylvania y Virginia.

En la provincia de Buenos Aires, cada año son 250.000 los chicos que hacen el cambio de documento al cumplir los 16 años. En Córdoba 112.000 jóvenes estarán en condiciones de votar a partir de la nueva ley. En Santa Fe un total de 107.433, en Mendoza 64.000 jóvenes, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, unos 62.000 jóvenes. En Santiago del Estero 57.000, en Chaco se incorporarán 49.302, en Entre Ríos 46.500, en Tucumán 56.000, en Salta 50.000, en Misiones 30.000 jóvenes. En Formosa no hay información oficial, pero serían 27.000.

El voto jóven recrea mecanismos de tensión joven-adulto y esta tensión se focaliza desde lo emotivo en el planteo y posible enrolamiento en conflictos y luchas contra poderes importantes y con final abierto.

Desde lo funcional la acumulación en términos de preferencias en este segmento se apoya en 2 clivajes específicos:

a)prohibido-permitido
b) institucionalizado-desinstitucionalizado

El joven pone en emergencia conductas “asociales” que muchos viven y practican subterráneamente; constituyendo "lo que viene", "la próxima cultura"  más que una contracultura.
Los jóvenes barometrizan el cambio, por eso lo demandan, y el cambio lo anclan en el límite de lo que la ley habilita y lo que prohíbe.

La demanda implícita es permitir lo que está prohibido pero como dice la marcha de la bronca de Pedro y Pablo “haré de cualquier modo” .
La otra demanda fundamental de este segmento es la institucionalización de soluciones. Esta institucionalización conlleva una legitimación implícita demandada, de valores, sentimientos, necesidades, etc.

El segmento demanda ocupar el imaginario de la clase política.  A este segmento  el discurso de los de 50 les resulta ajeno emocionalmente, lento conceptualmente y aburrido discursivamente, pero la zona donde la brecha mas se profundiza, es en la credibilidad, los jóvenes no le creen a los mayores.

Esa linealidad de las series de los setenta y ochenta donde todo está demasiado claro, lo bueno, lo malo, los buenos y los malos,  lo que está bien y lo que está mal, no resulta creíble en este segmento. Esa unidimensionalidad bajada al discurso resulta inverosímil, “careta”, y sus emisores “truchos y gatos”.

Desde la emergencia, la organización del debate para el segmento se da en torno al clivaje “gato”-autentico. Los otros son la impostura, los que dicen una cosa pero son otra, contra eso, se plantea un modelo normativo de autenticidad, sencillez y transparencia.
No ser “careta”, no ser “gato”, no ser “trucho”, ser o en realidad parecer verdadero, transparente. El marco de referencia está afuera pero dentro del círculo tribal, esa figura referencial emerge por un cualidad específica, ser por ejemplo, el líder de la banda que más le gusta, pero además validar su autoridad con un discurso que se retrolegitime con los valores de la tribu,  de autenticidad,  y los proyecte hacia afuera.

Las experiencias de voto a los 16 en los diferentes países donde se habilitó ese derecho, marcan tasas de voto altas, los jóvenes “quieren usar la credencial”, son votantes comprometidos y convencidos, despegan y con facilidad del mandato de voto familiar. Demandan convocatorias a enfrentar y forzar, reconocimiento legitimación e institucionalización. Satisfacer deseos antes que necesidades. Es un voto emocional, complejo inteligente y definitorio en cualquier elección.

Rubén Weinsteiner

domingo, 21 de julio de 2013

Elecciones, timing y emociones



Rubén Weinsteiner para Newsweek

Para el diseño estratégico de la marca política con la referencia de una elección importante en el horizonte, se impone analizar el escenario a partir de una función matriz que considera en el eje de las x tres períodos :
1)   Período frío: entre 12 y 6 meses antes de la elección
2)   Período tibio: entre 6 y 1 meses antes de la elección
3)   Período caliente: un mes antes de la elección
El eje de las y que cruza a la variable tiempo en esta función debe contemplar 4 sub variables
1)   Ponderación del emisor: posicionamiento del candidato
2)   Análisis de producción de contenidos en función de los targets, voto duro propio y de los demás espacios, voto blando. En función de los acontecimientos, oportunidades, amenazas,
3)   Análisis de los mediadores : medios, amplificadores, como y para quien juegan, como mediatizan, cuáles son sus objetivos y posicionamientos estratégicos
4)   Receptores, votantes.
Está matriz de acción debe tener en cuenta en cada período del proceso previo a la elección, constituirse en insumo estratégico para el desarrollo vital de la campaña apuntando a los siguientes objetivos:
a)   Consolidar, activar y endurecer el voto duro propio, con el objetivo de sujetar a los sujetos políticos propios. Retener caudal.
b)   Interpelar los márgenes de espacios adyacentes,  limítrofes, obteniendo legitimación, colonizando subjetividades y conversión de votos
c)   Tratar de convencer al núcleo duro de los votantes del partido adversario, resulta poco rentable en términos de utilización de recursos, y de efecto casi nulo. Un objetivo inteligente sería  lograr en el campo adversario, desactivación, voto castigo, voto en blanco, corrimiento hacia otros espacios y ablandamiento del voto.
El trade-off de submodalidad de construcción y acumulación,  intelectual-emocional en el discurso,  parte de 90%/10% intelectual- emocional en el período frío, para llegar a 90/10 emocional-intelectual en el período caliente.
Resulta fundamental construir en función de cada etapa previa a la elección,  teniendo en cuenta el posicionamiento propio, el de los adversarios,  la correlación de fuerzas,  el de los medios,  las especificidades de los diferentes targets a impactar en cada período, los objetivos en términos del mapa de adhesiones e intención de voto y la carga de emotividad y racionalidad que se impone en cada período previo a la elección.

Rubén Weinsteiner

Fuente www.weinsteiner.net

#Votojoven, tribu y articulación de repuestas a la demanda agregada


 Por Rubén Weinsteiner para EL PAÍS

Roberto Brito Lemus plantea que la juventud, comienza cuando se desarrolla  la capacidad de reproducir la especie humana, y  termina cuando se desarrolla la capacidad de reproducir el orden social.
Se es joven mientras se cuestiona, contesta y demanda cambios y se evita reproducir el orden social tal cual está planteado. Cuando se evita “transar”.
La demanda más clara de los diferentes sub segmentos que componen el voto joven,  tiene que ver con la  institucionalización  de soluciones desde la política, a problemas colectivos de carácter  tribal  de los jóvenes.
El abordaje de estas demandas, conlleva una legitimación implícita   y demandada de valores, sentimientos, necesidades,  deseos y aspiraciones, colectivas y tribales. Esa legitimación es el corazón de la demanda del segmento.  Ser escuchado, reconocido el problema, y reconocido el carácter colectivo y la tribalidad de la demanda.
El discurso político tradicional,  que intenta interpelar al segmento joven,  lo hace desde el paradigma individual introspectivo y adulto,  frente  al paradigma  comunicacional colectivo de referencia externa y tribal,  desde donde el segmento 16-30 escucha y construye su sistema de preferencias.
El reconocimiento y la identificación con la tribu en tanto colectivo,   ante el problema por parte del discurso político, es el eje de la racionalidad instrumental del voto joven.  Para el joven,  identificación es amor, para los adultos identificación, es solo empatía.
Todo discurso plantea dos niveles a tener en cuenta: el de los contenidos y el relacional.  El primer nivel debe apuntar a la institucionalización de soluciones para problemas específicos, el segundo nivel a establecer un vínculo de reconocimiento y valoración hacia el colectivo, donde el joven se encuentra inserto,  y desde donde demanda esos cambios y soluciones.
Para que la comunicación  con el segmento joven sea  esencialmente persuasiva y técnicamente informativa, y  no al revés, debe tener en cuenta que es más importante lo que dicen otros jóvenes, dentro o fuera de la tribu, por afirmación o por negación, que lo que dicen los padres o los políticos. Si los jóvenes cumplen con lo que está bien para los padres, incumplen con lo que está bien para los pares y la tribu, y viceversa. “No tomes, no entables relación con gente peligrosa, estudiá mucho, acóstate temprano, no te quedes hasta cualquier hora en la computadora” consejos sobre la vida sexual, las relaciones, el trabajo y finalmente la política.
En la mayoría de los casos donde las consecuencias no revisten inmediatez , amenaza o peligro, la tensión padres-tribu, se salda a favor de la tribu, por el peso del colectivo a la hora de la aprobación y legitimación social.
La ocupación del imaginario por parte del joven, en tanto integrante de un colectivo, una tribu, con sus leyes, códigos y marcos transaccionales,  es una precondición de cualquier construcción discursiva, políticamente significativa,  para la interpelación y colonización de subjetividades dentro del segmento 16-30.
Rubén Weinsteiner

Relatos ocultos y voto joven


 Por Rubén Weinsteiner

Los relatos culturales, tanto públicos abiertos y difundidos,  como los ocultos, privados y  subterráneos, conforman las hegemonías dentro de los diferentes segmentos poblacionales.
Cada una de estas hegemonías constituye el contexto en el cual,  las personas dan un significado a sus acciones y experiencias, percepciones de hechos a los cuales se los dota de significados  y dan sentido a sus vidas, tanto en lo individual como en lo colectivo.

Los relatos ocultos son una parte muy importante  en  las matrices de construcción de los sistemas de preferencias y determinación del voto.

Son relatos privados, que no se verbalizan en el espacio público, ni en los medios 1.0, se remiten exclusivamente a los círculos de confianza, de “los nuestros”, a las charlas en familia o con amigos cercanos, o en los medios 2.0 al amparo de cierto anonimato o invisibilidad  y comportamiento de masas,  como cuando se cantan canciones racistas desde una tribuna en una cancha.

Doy un ejemplo de estos relatos ocultos: Muchos argentinos sintieron alivio apenas producido el golpe militar de 1976, algunos y no pocos  de ellos siguen sintiendo hasta el presente apoyo y simpatía por ese gobierno militar,  sin que les importe los crímenes cometidos por este.  Sin embargo la difusión, resignificación y elaboración colectiva,  impide hoy una reivindicación abierta de la dictadura en los medios, en la Universidad, en una reunión con gente desconocida,  en el espacio público.  Por eso la memoria se transforma para este grupo en un hecho privado que retorna a las vías de la oralidad propias de la intimidad.

Muchos de estos relatos ocultos contienen un desprecio por la otredad, por otro grupo o sector social,  y si bien no se expresan en público,  sobreviven subterráneamente, en lo familiar, entre amigos, allí donde hay redes de confianza, como dadores de sentido,  de lo que Bordieu llama: la distinción.

Las redes orales han demostrado ser muy eficaces para preservar este tipo de relatos.  Este relato-discurso de cada segmento se oculta en la oralidad ante la primacía de lo escrito y lo filmado.
Sin embargo esta oralidad está emergiendo cada vez más  intensamente en la Web 2.0,  donde podemos leer  construcciones discursivas significativas,  impensables en lo escrito o en los medios masivos.

Esta emergencia de los relatos ocultos conocidos pero silenciados, constituye un cambio profundo de paradigmas, en un escenario novedoso y lleno de oportunidades.
Los segmentos jóvenes, los sub 30 son los que al mismo tiempo que ponen en la superficie estos relatos ocultos, visibilizándolos por ejemplo en la Web 2.0, los ponen en crisis, asumiendo un voto más blando,  una flexibilidad y una predisposición al cambio,  imposible de encontrar en segmentos de mayor edad, con un sistema de preferencias más duro.

Obama como señalamos en otras notas obtuvo el 66% de los votos en el segmento 18-30 en 2008, y el 60% de los votos en el mismo segmento en 2012. Esta última performance de Obama en Argentina, le hubiera otorgado 23% de los votos del total del padrón, lo que sumado a un despliegue moderado en el resto de los segmentos construye una victoria por más del 50% de los votos.

Las dos campañas de Obama desplegaron un tratamiento sistemático y quirúrgico sobre los relatos ocultos examinados,  y operaron sobre el segmento 18-30 como el más permeable para su abordaje. Un ejemplo muy claro es la interpelación que hace Obama sobre el segmento  joven de  la “comunidad judía” que en la primera elección  y por una compleja gama de motivaciones, se mostró adverso a la candidatura de Obama. En uno de los escenarios más adversos para Obama en la primera elección, el voto judío de Florida, Obama lanzó una campaña 2.0 , para que los jóvenes judíos convenzan a sus abuelos ( muchos judíos jubilados se vana vivir a Florida) que "Obama es bueno para los judíos".  En la segunda elección,  obtuvo el 60% del voto judío en Florida.

La interpelación transversal de los diferentes segmentos a través de sus relatos ocultos,  se vuelve potente y eficaz en los segmentos que constituyen el voto joven, por visibilidad de estos relatos,  por exposición y despliegue que determinan el quiebre del poder de la oralidad y lo oculto,  y por lo tanto por la posibilidad de intervenir, influir, persuadir  y acumular en estos segmentos.

 Rubén Weinsteiner

Primer spot publicitario de Die Linke (La Izquierda). Elecciones en Alem...

El día que ‘Clarín’ silenció a ‘The New York Times’




La columna explicaba el conflicto Gobierno-Clarín, pero "allí sólo se publica el relato de la empresa".

Por Martín Sivak

Ayer Clarín publicó en la página 2 de su suplemento The New York Times International Weekly una nota sobre el primer ministro de Kosovo, Hashim Thaci. 

Reemplazó de apuro una columna que escribí sobre los conflictos entre medios y gobiernos en América del Sur en general, y el de la administración Kirchner con el Grupo Clarín en particular. Esa columna, llamada “Inteligencia”, es una sección fija de la edición internacional del diario estadounidense que el diario argentino ha publicado regularmente.

Clarín no observó errores u omisiones ni reclamó mayor inteligencia. La breve explicación que le dio a The New York Times es que no la publicaría porque “es un tema muy sensible”. Fue una salida elegante para no explicitar que sobre ese tema sólo se publica el relato de la empresa.

The New York Times evaluó que mi columna es equilibrada y respetuosa. En un hecho inusual, decidió subir a su sitio la versión en español para que los lectores pudieran leerla.

La columna, en realidad, intenta sintetizar el conflicto con información familiar para una parte del lectorado argentino. Que las relaciones entre el gobierno de Néstor Kirchner y Clarín fueron mucho más armoniosas que conflictivas. Que el Gobierno le concedió favores estatales, como la fusión de Multicanal y Cablevisión. Que Clarín fue suave en la crítica y que relegó temas incómodos, como los relacionados con la corrupción gubernamental. Que cuando empezó el conflicto, ni el Gobierno ni Clarín dieron explicaciones convincentes sobre la mutua desilusión. Que la metáfora del divorcio parece mucho más precisa que la de la guerra. Que Héctor Horacio Magnetto no da entrevistas a medios argentinos pero sí a extranjeros. El foco de la columna había cambiado.


Semanas después de la salida de mi libro Clarín, el gran diario argentino: una historia, un editor de The New York Times me sugirió que escribiera una columna sobre la prensa “atacada y sitiada” en América del Sur. Le dije que quizás no era la persona indicada, porque esa perspectiva ha limitado la explicación del conflicto a las acciones de los llamados gobiernos populistas o de izquierda-centroizquierda. También ha relegado temas centrales como la propiedad concentrada del sistema de medios, su relación de give and take (toma y daca) con la política y su responsabilidad en el conflicto por coberturas sesgadas y por momentos incendiarias. Le dije que no creía que la democracia estuviese en riesgo y que las metáforas bélicas de las media wars merecían revisión.

El editor del diario me dijo que una lectura más matizada sobre las media wars despertaría mayor interés para los lectores de su edición internacional (llamada también “Lo mejor de The New York Times”). Tiene un público de seis millones de lectores de 35 diarios distintos, como el China Daily de China, El País de España, Reforma de México o Tages-Anzeiger de Suiza. Debería intentar explicar el conflicto a un comerciante en Zurich o a un universitario en Shanghái. Cerré los ojos, pensé en ellos y escribí.

El jueves a la noche, el editor me informó que Clarín no publicaría la columna. Enterados de la novedad, dos amigos que trabajan en otras secciones de The New York Times me llamaron escandalizados por la decisión del gran diario argentino. Me reprocharon que lo tomara como algo relativamente esperable por el conflicto actual y por la historia del diario (y que también pusiera en duda la supuesta condición de diario inmaculado de The New York Times).

Uno me dijo que Clarín estaba haciendo lo que le criticaba al gobierno argentino. El otro, un viejo columnista que ha recorrido medio mundo con el diario, habló con un mapamundi en la mano. “Creo que estamos eligiendo mal nuestros aliados en América latina: que un diario censure un artículo porque no le gusta es no haber entendido al Times: les gusta el prestigio que les otorga, pero rechazan el periodismo del Times cuando habla de ellos”.

Michetti y Carrió lideran CABA

Tres semanas antes de las PASO, el macrismo encabeza la intención de voto: Michetti saca una ventaja de 12 puntos a Filmus en la pelea por las bancas del Senado; en el camino a Diputados, Bergman suma un 26% y Carrió está segunda, con un 19%


 

Cuando quedan tres semanas para las elecciones primarias y abiertas del 11 de agosto, Pro, la fuerza política del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, mantiene su hegemonía y lidera la intención de voto entre los candidatos a senadores y diputados nacionales que se postulan en la Capital Federal.
Sin embargo, en la puja por una banca en el Senado, lleva una ventaja mayor, mientras que para Diputados está muy cerca la candidata de Coalición Sur, Elisa Carrió.
La candidata a senadora Gabriela Michetti (Pro) suma un 32,5 por ciento de adhesiones. Casi 12 puntos por debajo, la escolta Daniel Filmus (Frente para la Victoria), con un 20,7%. Entre los aspirantes a senador del frente de centroizquierda UNEN, Fernando Pino Solanas es el que mayor adhesión obtuvo: un 12,2%. Lo siguen, virtualmente empatados, Rodolfo Terragno y Alfonso Prat-Gay, el primero con un 6,9% y el otro con 6,6%. Estos datos surgen de una encuesta elaborada para LA NACION por Poliarquía Consultores sobre la base de 807 casos consultados entre el miércoles y el viernes últimos.
En la carrera para acceder a la Cámara de Diputados, Pro está al frente, pero con un porcentaje menor al que obtiene Michetti. El rabino Sergio Bergman cuenta con un 26,4% de intención de voto. Elisa Carrió , del frente UNEN, está segunda, con un 19,6%, y en la tercera ubicación está el kirchnerista Juan Cabandié, con un 18,1%. La estadística sigue así: Martín Lousteau (UNEN), 8,7%; el radical Ricardo Gil Lavedra (UNEN), 6,2%, y Jorge Altamira (Frente de Izquierda), 4,1%. Hay un 3,6% que votará a otros candidatos y un 12,4% de indecisos. Y un 1,1% sufragará en blanco o anulará.
"Michetti encabeza holgadamente la intención de voto para senadores, seguida por el candidato del Frente para la Victoria Daniel Filmus. Pero es necesario marcar que los candidatos de UNEN, en su conjunto, recogen 25,7 por ciento de intención de voto. Con lo cual se abre un interrogante entre las PASO en agosto y el resultado en octubre por este segundo lugar, dependiendo, fundamentalmente, del comportamiento que adopten aquellos porteños que voten en la interna de UNEN en la general", analizó Fabián Perechodnik, director de la consultora Poliarquía.
Y agregó: "Los candidatos a diputado de UNEN [Carrió, Lousteau y Gil Lavedra] aglutinan sumados un 34,5% de intención de voto, con lo cual también es posible que haya una modificación de este orden entre agosto y octubre".
El corte de boleta queda escenificado, sobre todo, entre los candidatos de Pro y del frente UNEN que compiten en el distrito porteño. El 20% de los 807 casos encuestados en total dice que cortaría el voto. Y en este universo, la pareja electoral más elegida sería la de Michetti-Carrió, con el 21%.
Le siguen otras opciones: Michetti-Lousteau, con un 13%; Rodolfo Terragno-Carrió, con un 10%; Prat-Gay -Carrió, con un 8%; Pino Solanas-Altamira, con un 5%, y Michetti-Gil Lavedra, con un 4%, entre otros. Es muy baja la probabilidad de corte de boleta entre los candidatos kirchneristas: sólo un 5% dejaría de lado a Cabandié, aspirante a diputado nacional, ya que de la encuesta surgen los siguientes datos: un 3% dice que elegiría a Filmus-Altamira y un 2% a Filmus-Carrió.
"Más de la mitad de los porteños sigue con interés el proceso de las PASO cuando faltan exactamente tres semanas para los comicios. Además, el nivel de voto nos muestra que más de la mitad de los electores también tiene tomada su decisión, aunque un 13 por ciento del total de los encuestados nos dijo que aún podría modificar su comportamiento electoral", evaluó Perechodnik.

El perfil de los votantes

La hegemonía de Pro, que gobierna la Capital Federal desde 2007, se mantiene a partir del buen respaldo de un electorado de 50 años o más, y cuenta con su mayor caudal de votantes en la zona norte de la ciudad, donde, casualmente, el kirchnerismo presenta más debilidades. Por ejemplo, un 45% de los consultados de la zona norte votarían por Michetti. En cambio, apenas un 12% lo haría por Filmus, lo que muestra que el voto oficialista y opositor también varía geográficamente.
El voto de los jóvenes entre 18 y 29 años se dispersó entre Michetti (24%), Filmus (24%) y Pino Solanas (19%), todos ellos aspirantes a senadores. En la carrera a Diputados, en cambio, Carrió, con un 20%, es quien suma mayores adhesiones. La sigue Cabandié, con un 16% y Bergman, con un 13%.
El candidato kirchnerista, a pesar de haber surgido de la agrupación juvenil La Cámpora, no logra impulsar ni siquiera así su intención de voto. Tampoco Altamira, referente histórico de la izquierda, que apenas cosecha un 8% de los votantes más jóvenes.
Los candidatos de Pro, Michetti y Bergman, son los que más apoyos consiguen entre los electores con estudios secundarios completos o con terciario y universitario.
El estudio también se adentra en las preferencias de los votantes según el sexo del candidato. Michetti fue elegida por el 36% de las mujeres encuestadas y el 28% de los hombres. Bergman, en cambio, por el 30% de las mujeres y el 22% de los hombres.
Poliarquía Consultores recabó estas respuestas luego de encuestar a 807 electores mayores de 18 años y residentes en la ciudad de Buenos Aires, por vía telefónica. El estudio tiene un margen de error estadístico de +/- 3%, para un nivel de confianza del 95%.

sábado, 20 de julio de 2013

Voto joven: legitimación de la tribu e institucionalización del cambio.


 Por Rubén Weinsteiner para ADN

Roberto Brito Lemus plantea que la juventud, comienza cuando se desarrolla  la capacidad de reproducir la especie humana, y  termina cuando se desarrolla la capacidad de reproducir el orden social.
Se es joven mientras se cuestiona, contesta y demanda cambios y se evita reproducir el orden social tal cual está planteado. Cuando se evita “transar”.

La demanda más clara de los diferentes sub segmentos que componen el voto joven,  tiene que ver con la  institucionalización  de soluciones desde la política, a problemas colectivos de carácter  tribal  de los jóvenes.

El abordaje de estas demandas, conlleva una legitimación implícita   y demandada de valores, sentimientos, necesidades,  deseos y aspiraciones, colectivas y tribales. Esa legitimación es el corazón de la demanda del segmento.  Ser escuchado, reconocido el problema, y reconocido el carácter colectivo y la tribalidad de la demanda.

El discurso político tradicional,  que intenta interpelar al segmento joven,  lo hace desde el paradigma individual introspectivo y adulto,  frente  al paradigma  comunicacional colectivo de referencia externa y tribal,  desde donde el segmento 16-30 escucha y construye su sistema de preferencias.
El reconocimiento y la identificación con la tribu en tanto colectivo,   ante el problema por parte del discurso político, es el eje de la racionalidad instrumental del voto joven.  Para el joven,  identificación es amor, para los adultos identificación, es solo empatía.

Todo discurso plantea dos niveles a tener en cuenta: el de los contenidos y el relacional.  El primer nivel debe apuntar a la institucionalización de soluciones para problemas específicos, el segundo nivel a establecer un vínculo de reconocimiento y valoración hacia el colectivo, donde el joven se encuentra inserto,  y desde donde demanda esos cambios y soluciones.
Para que la comunicación  con el segmento joven sea  esencialmente persuasiva y técnicamente informativa, y  no al revés, debe tener en cuenta que es más importante lo que dicen otros jóvenes, dentro o fuera de la tribu, por afirmación o por negación, que lo que dicen los padres o los políticos. Si los jóvenes cumplen con lo que está bien para los padres, incumplen con lo que está bien para los pares y la tribu, y viceversa. “No tomes, no entables relación con gente peligrosa, estudiá mucho, acóstate temprano, no te quedes hasta cualquier hora en la computadora” consejos sobre la vida sexual, las relaciones, el trabajo y finalmente la política.
En la mayoría de los casos donde las consecuencias no revisten inmediatez , amenaza o peligro, la tensión padres-tribu, se salda a favor de la tribu, por el peso del colectivo a la hora de la aprobación y legitimación social.

La ocupación del imaginario por parte del joven, en tanto integrante de un colectivo, una tribu, con sus leyes, códigos y marcos transaccionales,  es una precondición de cualquier construcción discursiva, políticamente significativa,  para la interpelación y colonización de subjetividades dentro del segmento 16-30.

Rubén Weinsteiner

viernes, 19 de julio de 2013

Sistema de preferencias en el voto joven


Por Rubén Weinsteiner


       La identificación, apoyada en el clivaje autenticidad-impostura. Gato no gato, lo autentico y lo artificial.
Los otros son la impostura, los que dicen una cosa pero son otra. Contra eso, se plantea un modelo normativo de autenticidad, sencillez y transparencia. No ser “careta”, no ser “gato”, no ser “trucho”, ser o en realidad parecer verdadero y transparente.
El marco de referencia está afuera de la familia,  pero dentro del círculo tribal, y  esa figura referencial se consolida  por un cualidad específica.  Por ejemplo, el líder de la banda que más le gusta, pero además valida su autoridad con un discurso que se retrolegitima a través de los valores de la tribu,  y los proyecta hacia afuera.
             
La institucionalización de soluciones para problemas no legitimados.  

La política como herramienta de reconocimiento, legitimación y solución de problemas de los cuales los adultos “no se hacen cargo”  dejando a los jóvenes en un limbo.
Por ejemplo hoy,  el déficit habitacional. La casa como primer ordenador social, no es algo a lo que los jóvenes puedan acceder mediante el ahorro. Solo quien tiene padres con dinero puede comprarse  una vivienda.  ¿Cómo se supone que un joven puede comprarse una vivienda?  Instalado socialmente el mandato de formar parejas y familias, sin casa no hay familia, por un lado se plantea un modelo y por el otro se cierran los caminos para construir ese modelo.
Este tipo de situaciones , constituyen  aquellos problemas,  en los cuales  los jóvenes,  sienten que los adultos revelan una desidia banal.
Otro ejemplo:  ¿donde se orina en el espacio público en Buenos Aires, si baños públicos no hay?.
En la calle baños no existen, en los bares solo admiten clientes, lo cual obliga a mucha gente pedir un café para ir a un baño. ¿Donde se supone que orine una persona necesitada de hacerlo, estando en la calle?
El planteo de estas preguntas, la interpelación a los más viejos, y la búsqueda de respuestas conforman la demanda de institucionalización  que  conlleva una legitimación implícita  y demandada de valores, sentimientos, necesidades,  deseos y aspiraciones.
El clivaje prohibido-permitido.

 La tensión entre lo prohibido y lo permitido,  como el consumo de marihuana o el aborto.  O en otras épocas,  desde el divorcio,  hasta circular por el espacio público en pantalones cortos, plantea un  trade off que cliva y  divide la cancha entre los caretas y los propios, porque el joven pone en emergencia conductas “asociales” , que muchos viven y practican subterráneamente.

Es más importante lo que dicen otros jóvenes, dentro o fuera de  la tribu, por afirmación o por negación,  que lo que dicen los padres.

De esta manera gestionan el conflicto entre lo que está bien para los padres y lo que está bien para los pares, y así de esa manera,  responder a dos expectativas diferenciadas.
El súper yo y  la constitución del yo plasmados en  la contradicción de las construcción de las decisiones,  tiende a profundizar el conflicto. Esta contradicción genera tensiones interesantes en la conducta,  y en los mecanismos decisorios.
Si los jóvenes cumplen con lo que está bien para los padres, incumplen con lo que está bien para los pares y viceversa. “No tomes, no entables relación con gente peligrosa, estudiá mucho” consejos sobre la vida sexual,  las relaciones, el trabajo y finalmente la política.
El reconocimiento de la cultura que viene, más que como una contracultura.
Los jóvenes barometrizan el cambio, lo que hoy está no aceptado  o mal visto y mañana será normal.  Por eso   demandan  él cambio y lo anclan en el límite de lo socialmente aceptado.
La demanda implícita es  que sea aceptado lo  inaceptable dentro de las condiciones objetivas,  pero que como dice la marcha de la bronca de Pedro y Pablo,  “haré de cualquier modo” .
Planteo de luchas contra enemigos poderosos, con final abierto.
 
Muchos plantean que la 125 fue el ADN del Kirchnerismo.  Como esta batalla,  se trata de luchas difíciles,  enmarcadas en la épica de quien se sabe más débil y por lo tanto debe revelar mística, valor y coraje para dar una batalla, a priori perdida, pero decisiva e ineludible.
El enfrentamiento contra  poderes hasta el momento “intocables” e “invulnerables”,  le otorga vitalidad y dinamismo, al vínculo,  entre una fuerza y los jóvenes
Ese final abierto, esa asimetría desfavorable,  indignan, emocionan, convocan y construyen la bronca originaria y movilizadora  y la alegría de la acción y compromiso colectivos.
Nuevos formatos  de participación política.

Twitter, Facebook y  las herramientas 2.0 y 3.0,  donde los jóvenes juegan de local, como nativos digitales, frente a migrantes digitales como sus padres, maestros y profesores, para desplegar nuevas formas de adhesión, militancia y compromiso.  La posibilidad de generar acciones,  publicar, interactuar, militar,  comunicar y llegar en forma simétrica a cualquier persona, segmento, audiencia u estamento.
 Rubén Weinsteiner